Este domingo cierra la convocatoria del Premio La Bestia Equilátera de Novela, que no tiene prórroga. Diego Tomasi es uno de los prejurados del premio, y por acá contesta nuestro pequeño cuestionario.
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1. ¿Cuáles son tus autores o libros preferidos?
Qué difícil. Esta pregunta tiene tantas respuestas como días de uno como lector. Pero se puede hacer el intento. El primer escritor que se me viene a la cabeza es Ítalo Calvino. Siempre vuelvo a Las ciudades invisibles, que en la traducción de Aurora Bernárdez me cambió la vida. Y, ya que apareció Aurora por acá, no puedo evitar nombrar a Julio Cortázar, que en mí fue un autor de adultez más que de la adolescencia, como suele decirse con malicia. Y está Cervantes, claro. Siempre que uno no sepa qué elegir para leer, hay que volver al Quijote.
2. ¿Qué clásico impostergable venís postergando?
Dostoievski. Todo Dostoievski. Es un horror, a esta altura, no haberlo leído. Es más, ya mismo, mientras respondo este cuestionario, debería empezar con Crimen y castigo.
3. ¿Cuánto leés por día?, ¿tenés algún régimen o programa de lectura? ¿Dónde leés?
Leo menos de lo que quisiera, pero creo que es bastante. Leo en la cama, en el sillón, en el subte, en el colectivo, en el banco. Donde tenga un rato. Y sin ningún régimen. A veces el programa es “esto debería leerlo antes de leer a tal o cual autor”. Pero no siempre se puede respetar. Una vez me puse a leer en una fila para comprar entradas para ver a Boca. Fueron tres o cuatro horas de espera, y leí, lo recuerdo perfectamente, Jugador, de Alexander Baron, de un tirón. Después perdimos, pero eso es otra historia.
4. ¿Cómo leés? ¿Subrayás, anotás, marcás páginas?
No marco ni subrayo los libros. Debe ser un TOC. Mis libros parecen no haber sido leídos nunca, porque casi no tienen huellas. Salvo que sea un libro usado, y que traiga marcas de su dueño anterior. Lo que sí hago es pegarles papeles para marcar alguna cosa. Papeles que después pueda despegar. Y muchas veces, si puedo y si tengo ganas, ando con un anotador para dejar alguna cosa registrada ahí. Y me pone de muy mal humor la gente que para marcar una página les dobla la esquina.
5. ¿Qué buscás a la hora de leer una novela?
No busco nada en especial, por la sencilla razón de que las novelas tienen tantas y tan variadas cosas para ofrecer que lo mejor es no esperar ni buscar nada. Y dejarse llevar. Sí, claro, me interesa que una novela me sorprenda. Lo que no podría determinar es qué hace que una novela resulte sorprendente. No estoy diciendo nada, en definitiva, ¿no?
6. ¿Tenés alguna manía a la hora leer?
La manía de no marcar los libros, ya mencionada. Y otra, más o menos inconfesable: espero con ansias las páginas con números iguales. Es decir, la 111, la 222, y así. Cuando llego, me demoro un poco más que en el resto, para que la lectura de ese número se extienda unos segundos. A veces, por decisión de diseño, esas páginas no están numeradas. El horror.
7. ¿Qué decide que una novela sea una buena novela?
Supongo que tiene que estar bien escrita. Claro, ese es el problema. ¿Qué significa que una novela esté bien escrita? La respuesta que se me ocurre es: que el lenguaje elegido para contar la historia sea el más pertinente posible para esa historia. Y que la voz del narrador sea verosímil. Para terminar esta respuesta voy a robar una frase que dijo Jorge Valdano acerca del fútbol: “Lo único que importa es el estilo”. Amén.
8. ¿Qué tenés en cuenta a la hora de recomendar una novela?
Que me haya gustado. Que me haya sorprendido. O que tenga alguna característica que al lector al que se la recomiende le resuene en algún sentido. Uno no recomienda los mismos libros a las mismas personas.
9. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de emprender una novela?
Que es una tarea ardua, larga, agotadora y maravillosa.
10. ¿De dónde sale el material para una novela?
De todos lados.
11. ¿Cuándo se termina de escribir una novela?
Cuando uno está harto de corregir.