En el Premio La Bestia Equilátera de Novela hay un jurado de tres personas y una comisión de lectura de ocho. ¿Cómo leen sus integrantes, qué leen y cuándo? Hoy contesta nuestro cuestionario equilátero Oliverio Coelho, jurado del premio.
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1. ¿Cuáles son tus autores o libros preferidos?
John Harrison, Robert Walser, Franz Kafka, Joseph Roth, Kurt Vonnegut, Thomas Pynchon, Virgilio Piñeira, Borges, L.F. Celine, Silvina Ocampo, Bioy, Clarice Lispector, Felisberto Hernández, Mario Levrero, Elena Garro, Onetti, entre una larga lista.
2. ¿Qué clásico impostergable venís postergando?
Desde hace mucho tiempo vengo postergando La eneida y algunas novelas menores de Henry James.
3. ¿Cuánto leés por día?, ¿tenés algún régimen o programa de lectura? ¿Dónde leés?
Leo en cualquier lugar, aunque prefiero leer en un sillón, semi reclinado y con buena luz. Pero postura y comodidad lumínica se pierden cuando la lectura triunfa y uno se desliza hacia posturas contrahechas o, más concretamente, se nimba. Leer es un acto inconmensurable y milagroso que además, en mi caso, se da en cualquier momento, de a trechos, según lo permita la cotidianidad: una hora, dos horas, varias sentadas de diez o quince minutos.
4. ¿Cómo leés? ¿Subrayás, anotás, marcás páginas?
En una época subrayaba, pero con el tiempo dejé de intervenir mis libros. El ejercicio de subrayado metódico me coartaba el placer de la lectura. Ahora, cuando me topo con algo que me fascina, pienso si no debería señalar el borde de la página para poder volver ahí, o dejarlo pasar para que el valor de ese párrafo, frase o idea, termine de encontrar su propia forma al quedar expuesto al olvido.
5. ¿Qué buscás a la hora de leer una novela?
Creo que hoy en día busco formas originales de precisión. Escrituras de idiosincrasia compleja que no estén absortas en el trabajo formal con la lengua.
6. ¿Tenés alguna manía a la hora leer?
Ninguna que sea recurrente. Creo que cada espacio impone una manía distinta.
7. ¿Qué decide que una novela sea una buena novela?
Diría que una estrategia sabia respecto a la propia potencia y un trabajo de corrección profundo que redundaría en algo más simple: dominio del propio universo.
8. ¿Qué tenés en cuenta a la hora de recomendar una novela?
En general lo que está ímplicito en cualquier recomendación no es la calidad de un texto, sino su singularidad.
9. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de emprender una novela?
Imaginar una intimidad con los propios personajes. Luego, inventar un sistema de notas mínimo para que a la hora sentarse escribir no exige un largo proceso de familiarización. Podría hacer una enumeración pesimista de lo que recomendaría tener en cuenta, aunque no es lo que yo tengo en cuenta, porque no me decidiría a escribir nunca: una novela puede extenderse y colonizar la vida; escribir una novela es una apuesta y puede conducirnos a zonas de ilegibilidad o de incorregibilidad; se puede perder, es decir, no concluir nunca, o la novela puede quedar a mitad a camino, puede abandonarnos o al revés, podemos abandonarla. Si ganamos la apuesta, el momento de plenitud es efímero, no existe satisfacción posible en la escritura, vamos a querer escribir otra novela.
10. ¿De dónde sale el material para una novela?
Es la pregunta más complicada de este cuestionario. En cada caso el origen de ese material es distinto: lecturas, experiencias, sueños. Algo fundamental –no porque sea necesario sino porque otorga libertades a la hora de sentarse y expandirse en la escritura-, es encontrar la piedra basal de la novela, su asunto, antes de escribir sin dirección. Esa piedra proviene en general de la observación y el análisis de las relaciones humanas.
11. ¿Cuándo se termina de escribir una novela?
Es difícil saberlo. Depende del grado de satisfacción que cada uno encuentre en la relectura del libro en cuestión. Para saber si una novela está terminada, es aconsejable tener dos o tres amigos sinceros que te den su punto de vista.