Le planteamos a Andréx Hax, periodista cultural, una situación hipotética: aparece un mecenas ideal, afín desde todo punto de vista (político, ideológico, económico, etcétera), y te ofrece financiar un proyecto cultural que tengas en mente. ¿Qué proyecto sería? ¿Qué características tendría? ¿Cómo lo realizarías? Esto nos contestó:
Werner Herzog dice que se puede hacer un largometraje con 10.000 dólares. Le creo. Entonces voy a pedir 20.000. Para joder no más. Voy a hacer con esa plata una radiografía de la literatura contemporánea argentina. Lo voy a hacer así. Invito a 50 escritoras y escritores a un fin de semana en una vieja casa de campo. Filmaremos todo. Habrán camarógrafos pero también proveeremos a los invitados con cámaras para grabar. Los invitados interactuarían entre ellos pero también habrán periodistas infiltrados para provocar situaciones. Y también fotógrafos. No de mala leche, sino para garantizar cierto hilo narrativo en la película.
La película se hará en la edición. La meta es que tenga más sabor a una filme de Fellini que a un documental. Las escritoras y escritores serán protagonistas y cómplices de la película. No es un reality. Bueno, un poco si. Pero condensada en un largometraje. Y con “buen gusto”.
En cuanto el manejo del dinero, todas las cuentas serán públicas. Se publicará como se gastó hasta el último centavo.
Esa es mi idea. Me gusta. Tengo los contactos y los recursos para realizarla.
Sé que 20 lucas verdes para la mayoría es una fortuna; pero sé también que hay muchas personas que podrían girar ese dinero a una cuenta sin pestañar. Sé que hay muchas personas acá en Buenos Aires que gastan más que esa cifra, sin problema alguno, en cambiar –por un capricho- las llantas de su auto.
La meta es hacer algo glorioso y que todos involucrados sean pagados. ¡Y que el financiador se queda empapado de la gloria de nuestro decadente (pero muy culturoso) emprendimiento!
Los detalles financieros y organizativos se tendrían que explicitar en precisión antes de recibir el giro del dinero. Pero si a alguien le interesa la idea, get in touch. I can make it happen. O fracasar en el intento. Pero creo que mal no puede salir. Y hay una alta probabilidad que salga algo que recorra el mundo y que queda como un curioso -y enormemente valioso- documento audiovisual para futuras generaciones. Si es que las haya.